DIARIO DE VIAJE
Experiencias en suelo europeo, bajo la mirada de una argentina...
Primera parte
Experiencias en suelo europeo, bajo la mirada de una argentina...
Primera parte
Tercer
año de la escuela media. Europa. Geografía y Política. Arte y Cultura.
Sociología. Personajes relevantes.
Varias
décadas después, sentí bajo mis pies la
corteza terrestre del “viejo continente”, su aire señorial, su gente, su
idiosincrasia, su bagaje cultural, denso, penetrante, admirable. España: con
una cultura singular fuertemente arraigada en la Europa Occidental y formada
por una combinación de influencias históricas, especialmente de la antigua
Roma, pero con toques de culturas celtas, fenicias, musulmanas…Quedé admirada
de Madrid no sólo por sus edificios públicos bien conservados,
monumentos, catedrales e iglesias dignas de asombro, sino además por reinar el
orden en la vía pública y ver a los
peatones circulan libremente sin temor alguno.
En
el ambiente no se respiraba monóxido de carbono, dado que tienen mucho respeto
por el medio ambiente y los vehículos no contaminan. Vi muchos automóviles
eléctricos y tranvías…y percibí escasos ruidos molestos, salvo de algunos
provenientes de motos que circulaban conducidos por jóvenes.
Las señalizaciones se mostraban perfectamente
diseñadas y ubicadas en el sitio conveniente. La gente… la gente amable,
compartiendo el idioma, vehículo necesario para el diálogo, demostrando la
educación necesaria para cualquier relación humana. La Plaza del Sol abrazada
por altos edificios de una magnífica arquitectura…La Gran Vía se lucía con el
fluir constante de las personas. La Plaza Mayor mostraba sus arcos elegantes
como vías de entrada y sus ladrillos rojizos interrumpidos por decenas de bares
que me invitaban a degustar exquisiteces:
jamones, tortillas, mariscos, vinos, jugos naturales.
El
Museo del Prado… espacio donde brillan las obras que admiro desde siempre…ahí
estaban, para hacerme vibrar y
emocionarme hasta las lágrimas…Las Meninas, La Maja desnuda, La Inmaculada
Concepción, La Crucifixión, David y Golliat, el arte de El Greco…y tantas otras
pinturas…
Para
visitar Toledo, Zaragoza y Barcelona, fui transitando por rutas seguras (autopistas) y por túneles que
aligeran la circulación, vi a los trenes balas que al instante desaparecían
ante mi mirada. Los trenes soñados…anhelados por los argentinos y que
permanecen en el deseo común de los habitantes.
Toledo: la hermosa ciudad histórica protegida por el río
Tajo, en la región de Castilla-La Mancha me invitaba a imaginar los relatos de
aventuras de Don Quijote. El
Alcázar de Toledo fue lo que más me
impactó antes de ingresar a la ciudad con su fortificación sobre rocas, ubicada
en la parte más alta de la ciudad. Sus calles medievales, estrechas y
empedradas me transportaban al Medievo e iba imaginando escenas cotidianas
entre subidas y bajadas mientras transitaba por su casco histórico. Me iban
hablando de historias de cristianos, judíos y musulmanes, a la vez que los balcones,
salpicados de geranios rojos, blancos, rosados, me regalaban sus
fragancias. Las rejas forjadas y
artísticamente labradas parecían abrirse paso en las estrechas calzadas. En las
vidrieras los cuchillos, sables, navajas y tijeras se exhibían con elegancia por ser conocidos
mundialmente, dados la calidad del acero y el amplio pasado artesano que se
remonta siglos atrás.
La Catedral de Santa María de Toledo mostraba a
los visitantes su edificio de arquitectura gótica de extraordinaria belleza.
Mucho más me llamó la atención de su interior, pero me detuve especialmente
ante la imagen de la virgen María, sonriente con el niño en sus brazos, en el
especial ámbito destinado para el coro muy
cerca del órgano. Los vitrales coloridos
y las pinturas del magistral Goya me
llamaron poderosamente la atención.
Zaragoza: anclada
a orillas del Ebro, la Basílica del Pilar se destaca por su magnitud y belleza
arquitectónica. Sus cúpulas recortándose en el cielo azul hicieron que me
extasiara largamente. Después de tomar fotografías del frontispicio ingresé a
su interior. Ornamentos, imágenes religiosas, velas electrónicas, frescos en
techos y paredes se agigantaban ante mi mirada.
Luego me dirigí
hacia la oficina de turismo de la Plaza del Pilar, a unos metros de allí. La
torre, con sus cinco pisos y una escalera caracol me invitaba a subir para
observar desde arriba gran parte de la ciudad, muy bonita por cierto, y restos
de murallones que los romanos habían
construido hacia el año 24 A. C.
Barcelona: la
primera imagen que tengo de esa linda ciudad fue desde una colina en donde se
veía el puerto con sus miles de navíos de diferentes portes. Los edificios se
recortaban sobre el cielo y varias cúpulas
de iglesias y catedrales sobresalían admirablemente.
Al transitar por el barrio de Gaudí pude admirar
los edificios cercanos que mostraban su influencia artística, las arboladas avenidas,
los comercios, las personas manejando bicicletas y motos, los mercados, las plazoletas
con hermosas fuentes. Centenares de turistas
paseando por las veredas. Entre los barcelonenses se mezclaban los extranjeros:
gente de color, musulmanes, chinos, japoneses, alemanes, americanos…
Me llené de colores, formas, aromas y sabores visitando el Mercado de San José, popularmente conocido
como La Boquería, es un mercado municipal que se encuentra en la
Rambla de Barcelona. Se ofrecían productos
comestibles originarios de países exóticos, frutos tropicales-americanos,
orientales…
Y la playa Barceloneta…hermosa, con
sus aguas mediterráneas tibias y arenas gruesas, con el sol de verano como
anfitrión.
Para el
deleite de mis ojos, la Catedral de la
Sagrada Familia, del arquitecto Antoni Gaudi, me abrió sus puertas para extasiarme aún más
después de contemplar su exterior. Es una obra grandiosa, compleja desde el punto de vista arquitectónico y
llena de simbología religiosa.
Hoy sigue la tarea de construcción que se estima quedará
terminada dentro de unos años.
El día que
debíamos seguir viaje hacia el Norte,
para recorrer la Costa Azul, me quedé pensando en lo grato que hubiera sido seguir recorriendo España,
porque su geografía y su historia son atrapantes…Quizá algún día pueda visitar el
país de Norte a Sur, porque la verdad…sé que vale la pena…
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