Aquel puñal
Un haz plateado atraviesa el ventanal y el viejo puñal toma un sorprendente brillo que se disemina por la vetusta mesa de madera.
Me acerco cautelosa a él. Un sudor frío como su filo comienza a bañar mi frente. Me paraliza. Conozco su historia porque intervino en mi pasado…en mi niñez. Fue empuñado por mi abuelo Luis durante muchos años. Lo usaba en la faena de los animales que criaba en el corral.
Yo amaba a Tilín. Fue mi amigo incondicional desde que lo vi nacer del vientre lanudo de su madre. Adonde yo iba, él seguía mis pasos con alborozo. Y fue creciendo a mi lado hasta que sus balidos callaron para siempre el día previo a la Navidad. Mi inocencia jamás hubiera pensado semejante crueldad.
Fue el puñal asesino, el mismo que estoy observando ahora, el que tomo con mis manos para vengarme de su existencia. Corro decidida hacia el aljibe y la luna cómplice empieza a sonreír.
Me acerco cautelosa a él. Un sudor frío como su filo comienza a bañar mi frente. Me paraliza. Conozco su historia porque intervino en mi pasado…en mi niñez. Fue empuñado por mi abuelo Luis durante muchos años. Lo usaba en la faena de los animales que criaba en el corral.
Yo amaba a Tilín. Fue mi amigo incondicional desde que lo vi nacer del vientre lanudo de su madre. Adonde yo iba, él seguía mis pasos con alborozo. Y fue creciendo a mi lado hasta que sus balidos callaron para siempre el día previo a la Navidad. Mi inocencia jamás hubiera pensado semejante crueldad.
Fue el puñal asesino, el mismo que estoy observando ahora, el que tomo con mis manos para vengarme de su existencia. Corro decidida hacia el aljibe y la luna cómplice empieza a sonreír.
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